«CLOSED-LOOP RECYCLE» … ¿DE QUÉ SE TRATA?

En el amplio panorama de los neologismos ambientales que inundan las redes sociales e internet, el término «closed-loop recycle» (traducido literalmente como «reciclaje en circuito cerrado») se distingue por su visión innovadora sobre el reciclaje. Pero, ¿qué es exactamente el reciclaje en circuito cerrado y por qué es tan importante?   En el amplio panorama de los neologismos ambientales que inundan las redes sociales e internet, el término «closed-loop recycle» (traducido literalmente como «reciclaje en circuito cerrado») se distingue por su visión innovadora sobre el reciclaje. Pero, ¿qué es exactamente el reciclaje en circuito cerrado y por qué es tan importante?  

El reciclaje en circuito cerrado es un proceso mediante el cual un producto al final de su vida útil se transforma en un nuevo producto, a veces idéntico al original, a través de un ciclo de recuperación extremadamente riguroso. En contextos particularmente virtuosos, este proceso incluso puede llevarse a cabo dentro de la misma instalación que fabricó el artículo original, lo que representa una verdadera excelencia en el sector del reciclaje.  

Este modelo de reciclaje se basa en la premisa de no desperdiciar ninguna materia prima. No solo se recuperan los residuos, sino que también se gestionan los desechos internos de producción, contribuyendo así a una mayor sostenibilidad. En otras palabras, es un enfoque que busca minimizar los residuos en todas las fases del proceso productivo.

Las aplicaciones del “Closed-Loop Recycle” en el sector del plástico

El sector del plástico es particularmente adecuado para este modelo. Productos no conformes, artículos fuera de mercado, embalajes con errores gráficos y excedentes de almacén son solo algunas de las posibles materias primas que pueden volver a introducirse en el ciclo productivo. Este enfoque permite «cerrar el círculo«, optimizando la recuperación y reutilización de los recursos.  

Los fabricantes de envases de plástico y embalajes están adoptando cada vez más prácticas de reutilización interna de los desechos. Por ejemplo, los semilleros de poliestireno, una vez utilizados, se recuperan y transforman nuevamente en semilleros listos para su uso. Del mismo modo, los fabricantes de sacos, bolsas y bolsas de PE reincorporan los desechos y los artículos no conformes en su proceso productivo, a veces en tiempo real. Incluso las grandes fábricas de papel y cartón recuperan recortes, papel, cartón y cajas anómalas para evitar el desperdicio. 

En algunas localidades ejemplares, incluso los municipios contribuyen a este ciclo virtuoso. Proporcionan plásticos seleccionados a empresas que luego fabrican contenedores, cestas y bolsas para la recogida selectiva, destinadas al propio municipio. Este enfoque no solo cierra el círculo del reciclaje, sino que también reduce el impacto ambiental global.  

En resumen, el reciclaje en circuito cerrado representa una frontera avanzada en el reciclaje y tiene como objetivo minimizar los impactos ambientales a través de una gestión eficaz de los residuos y una continua optimización de los recursos. Es un enfoque que está ganando la atención de los organismos de certificación, demostrando que un futuro más sostenible está a nuestro alcance.